Historias de "familia"


EL HORNO DE TRONCHON(1754), Marcos Daudén secretario del Ayuntamiento de Tronchón escribía:
En la Villa de Tronchón 1754 en uno de Mayo de dicho año los Sres. Juan Escuruela Alcalde, Baltasar Ayora y José Martin Regidores de dicha Villa arrendaron el probeher la leña para cozer el pan del horno por tiempo de 1 año hasta el proximo de Mayo del año que biene a Antonio Coloma vecino de esta Villa dándole de salario dos cuartos y medio de la porción del pan del horno y la ceniza que saliere de el, y ha de buscar hornero a satisfacción de la Villa dándole todos los días por su salario cinco libras de pan que arda en el horno y ha de arder los días acostumbrados.
Item es pauto que siempre que se le probase al ornero que sacase leña o carbón del horno que el dicho Antonio Coloma tenga la acción de despedirle y buscar otro a satisfacción de la Villa.
Item es pauto y se le pone por obligación al ornero que fuese que haya de barrer todos los sábados el piso del orno. Y las leñadas del orno han de ser sin perjuicio de ambas partes sin añadir ni quitar.
Item es pauto que el hornero haya de aleñar y no otra persona y el ha de asistir. I si algun día ba biaje ha de pedir licencia a los Sres. Rexidores.
Item es pauto que el hornero tiene obligación de todas las palas que fuesen necesarias sino incurrirá en todos los perjuicios que se siguiesen.
Y para que conste de mandamiento de dichos Sres. se hizo la presente obligación en dicho día mes y año de que doy fe siendo presentes por testigos Blas Royo, y Francisco Lopez vecinos de dicha Villa y apruebo el borrado entre libras y de pan y el enmendado cinco.Ante mi, Marcos Dauden Secretario de Fechos.




LA VACA "GITANA"


Tomás Daudén era un hombre anticipado a su época fue precursor de los movimientos de repoblación de los pequeños pueblos de las sierras aragonesas, llegó a ofrecer sus propiedades a matrimonios con hijos que impidieran el cierre de la escuela de su pueblo: Monteagudo del Castillo (Teruel).
Él quería gente de desarrollo, que llenara el pueblo casi desértico. La pareja que se instaló, lo que desarrolló rápidamente fue la capacidad de vender sus propiedades y dejar al pobre Tomás con serios problemas de liquidez. Tomás tragó con todo, hasta que vendieron a "La Gitana", una vaca por la que tenía predilección. El experimento demográfico saltó por los aires y Tomás se convirtió en una sombra que vagaba por Teruel, explicando su historia a cualquier contertulio que le prestara algo de atención.


CAMISAS A LA MEDIDA

La historia empieza cuando Jaime Daudén, de unos 26 años por entonces, tuvo una estadía de cinco semanas en Chile. Había llegado como funcionario del Banco Santander. En el ambiente que se movió se dio cuenta de que los chilenos tenían interés por las camisas con las iniciales bordadas -muy de moda entre ejecutivos hispanos y europeos- y que estarían dispuestos a pagar más por ellas. Ahí vio un nicho de mercado y decidió dar un giro a su vida. Tras regresar a España y asociarse con Javier Borrajo, quien trabajaba en la Fundación de Estudios Económicos en ese país, Daudén y su socio dejaron sus trabajos, estudiaron cómo operaba el negocio en Europa, vendieron todos sus bienes y regresaron a Chile a montar su empresa. El aterrizaje fue en marzo de 1996. El comienzo de las operaciones, en julio de ese mismo año. Básicamente, les interesó explotar el negocio de la confección de camisas a medida, pero a un menor costo que las tradicionalmente hechas en el país y usando los conceptos más tecnológicos. Así, hoy la confección de la primera prenda puede durar entre una o dos horas, a raíz de las más de 12 medidas que se toman. Pero después, con los datos incorporados a un software (hecho por Borrajo), la compra puede tardar sólo unos minutos, incluso sin ir a los locales, usando internet y despacho a domicilio. Daudén reconoce, eso sí, que el comienzo no fue sencillo. Afirma que, a diferencia de España, en Chile encontraron sólo un proveedor de telas mayorista " y caro". Tampoco había fábricas para confeccionar las camisas. "Encontramos una realidad diferente a la que imaginábamos", dice. Por eso tuvieron que redoblar los esfuerzos y, en algunas áreas, partir prácticamente de cero, como contratando a una señora para que les hiciera las camisas, con telas que traían de Inglaterra y España. Con un local en la calle General Holley, en Providencia, y un pequeño taller comenzaron a producir y esperar a que los clientes llegaran. "Al principio no había publicidad. El negocio se iba conociendo de boca a boca", dice el empresario. Hasta que finalmente prendió. Actualmente, la empresa -sus dueños aseguran que es la camisería más grande de Chile- cuenta con tres locales. Al establecimiento de Providencia se suma otro en la calle La Bolsa y un tercero dentro de Ripley. Además, tiene una fábrica en Padre Orellana con Ñuble. Los empleados suman 14. La clientela está conformada, especialmente, de hombres entre 26 y 50 años, como empresarios, abogados y ingenieros. Sus precios fluctúan entre US$ 60 y US$ 100. Además de comercializar camisas en Chile, Camisas Boden vende al extranjero, principalmente a chilenos que trabajan en el exterior o extranjeros que estuvieron en este país y que después han mantenido sus pedidos ya residiendo en otras naciones. Y, por estos días, Borrajo ha viajado a España para cerrar un acuerdo con una firma hispana que le permitiría a Boden extender su negocio a ese país, por ahora, sólo como fabricante.